Tres mujeres celtorromanas, más una, en el foro de Capera

 
Vista de la ciudad de Capera con su conocido tretapylon

En esta ocasión os queremos presentar cómo podemos conocer la familia de una mujer celtorromana del área vetona de la Península Ibérica a través de la epigrafía que nos legó, ella y los que la rodeaban. 

Como algunos sabéis, mi tesis doctoral gira en torno a la religiosidad femenina de las áreas celtas de la Europa Occidental. Si bien es cierto que las fuentes son escasas para todo lo que tenga que ver con las mujeres de la Antigüedad, también podemos averiguar muchos datos que pasan desapercibidos si no ponemos atención. Y el caso que os presentamos hoy aquí, aunque no estrechamente vinculado con el mundo religioso, sí nos habla sobre la dinámicas de promoción por parte de las mujeres en zonas de la Hipania celta.

El municipium flavium Caperense se encuentra al norte de Oliva de Plasencia, en la provincia de Cáceres. Su situación estratégica entre el antiguo territorio de los vetones y el de los lusitanos hicieron de este enclave un importante punto de encuentro y de intercambio comercial que consiguió su municipalidad bajo los flavios (entre el 69 y el 96 d.n.e.). Es en este preciso momento, cuando la ciudad de Capera comienza su gran apogeo urbanístico y con ello, la ascensión de familias vetonas dentro del nuevo panorama romano como la de Cocceia Severa, la protagonista de nuestra entrada.

La inscripción más analizada en la historiografía por la que conocemos a Cocceia Severa es la que le dedica ella misma a su abuela y que hace instalar en el foro. Esta dice así: “A su abuela Avita, hija de Moderato, en honor de haber recibido la ciudadanía de Capera. Cocceia Severa, hija de Celso, Norbense, lo puso por disposición y a expensas de su abuela Avita, hija de Moderato”

Inscripción honorífica dedicada a Avita Moderata por su nieta, Cocceia Severa (actualmente en el MAN, s. II d.n.e.) 

Ya de por sí, esta inscripción nos cuenta bastantes hechos importantes. Avita Moderata es abuela de la dedicante y, por lo tanto, su bisabuelo es Moderatus. Por otro lado, el padre de Cocceia es Celsus y nos dice que ellos son de Norba Caesarina. Es decir, que la generación de los padres de Cocceia ya se han trasladado a una ciudad de más importancia  (con rango de colonia romana) como lo será la Cáceres romana. Esa migración nos indica que las familias pertenecientes a la élite (primero prerromanas y luego plenamente romanas) buscaban instalarse en zonas urbanas de mayor categoría para poder seguir obteniendo beneficios para con su familia, tanto sociales como económicos. Sin embargo, no es menos importante remarcar lo que claramente destacó Cocceia en esta inscripción y es que es gracias a su abuela por lo que su familia obtiene el rango de ciudadanía. Este hecho es claramente reseñable cuando tenemos presente, por los modelos romanos, que los que se ocupaban de la interacción con los estamentos públicos eran los hombres y no las mujeres. Es por ello que debemos revisionar la historia que nos han contado hasta ahora porque inscripciones como esta nos están rompiendo los estereotipos de género constantemente. 

Con ello ya tenemos a dos mujeres de la zona bastante importantes y que además interactúan con los poderes públicos, por un lado Avita Moderata (que obtiene la ciudadanía por la ciudad de Capera) y su nieta, Cocceia Severa ya que el basamento de la inscripción, ricamente ornamentado nos indica un estatus económico bastante elevado. Pero esta historia no acaba aquí, puesto que nuestra protagonista mandó instalar en el foro caperense dos inscripciones honoríficas más (todas bases para estatuas, al igual que la primera, pero que no se han conservado hasta la fecha), esta vez dedicadas a su madre y a su tía:

"A Trebia Procula, madre de Cocceia Severa, hija de Celso Norbense."
 
Inscripción honorífica a Trebia Procula por parte de su hija, Cocceia Severa (actualmente perdida, s. II d.n.e)

"A Trebia Vegeta, tía materna de Cocceia Severa"

Inscripción honorífica a Trebia Vegeta por parte de su sobrina, Cocceia Severa (actualmente en Abadía, s. II d.n.e)

Estas otras dos dedicatorias instaladas en el mismo lugar que la primera nos indican también la ligazón, de hasta tres generaciones, con el lugar de origen de la familia de Cocceia. Por mucho que ella y sus padres hubieran emigrado a Norba y, por lo tanto, su origo fuera norbense la memoria histórica de esta familia estaba estrechamente vinculada con la ciudad de Capera. Y además nos pone en alerta sobre lo que algunas fuentes literarias (Str. III, 4, 18) apuntan acerca de una filiación matrilineal en algunas comunidades celtas puesto que lo que nuestra protagonista está resaltando aquí es el prestigio adquirido y heredado gracias a su familia materna. 

Pero si pensáis que no podemos conocer más acerca de la familia de Cocceia todavía existen dos dedicatorias más, esta vez dedicados por personajes distintos y en un lugar diferente pero próximo a nuestra zona de estudio, que nos hablan de la capacidad económica de la susodicha y del arraigo a las creencias y costumbres prerromanas, todavía en estos momentos plenamente romanos. Una de ellas está dedicada por un esclavo y la otra por un posible liberto, ambos, pertenecientes a Cocceia Severa

"A la diosa sancta de los Turibrigenses, Ataecina, de Victorino, siervo de C. Severa, cumplió el voto de buen grado"

Exvoto a Ataecina del esclavo de Cocceia Severa, Victorinus (hallado en Malpartida de Cáceres, actualmente en la Biblioteca Museo Balaguer de Vilanova i la Geltrú)

"A la diosa sancta Ataecina, de los Turibrigenses, por Cocceio Modestiano, cumplió el voto."

Exvoto a Ataecina por Cocceius Modestianus (hallado en Malpartida de Cáceres, actualmente en el MAN)

Como vemos, estos dos últimos exvotos, atribuidos también a la posible relación de los individuos con Cocceia Severa, nos hacen caer en la cuenta de que nuestra protagonista poseía un nivel económico elevado (puesto que poseía esclavos)  y que gestionaba su propio dinero como así lo demuestran las inscripciones honoríficas. Además, su referencia a la diosa celta Ataecina (que ya explicaremos en futuras entradas) nos indica esa raigambre profunda de seguir con las costumbres y creencias prerromanas.

El caso de esta mujer y de las vinculadas a su familia por vía materna, nos ayuda a entender un poco más los modos de actuación de las féminas de la Hispania céltica. Algunas fueron las que pudieron costearse con su propio dinero, inscripciones como las que hemos visto, además tuvieron relaciones directas con los poderes públicos y obtuvieron de ellos el reconocimiento. Pero también debemos apuntar que, aunque estaban plenamente romanizadas, las costumbres, creencias y maneras de actuación seguían siendo prerromanas aún con tres generaciones de diferencia. 

PARA SABER MÁS:

- GONZÁLEZ-CONDE PUENTE, María del Pilar. “Cocceia Severa y los Cocceii hispanos”, Hispania Antiqua. Valladolid: Universidad de Valladolid, 24, 2000, pp. 165-173. ISSN: 1130-0515.





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