El arte de La Tène: Principio del mundo simbólico celta

 El discutido origen del caldero de Gundestrup: la más magnífica pieza de  plata de la Edad del Hierro europea | Ancient Origins España y Latinoamérica

Caldero de Gundestrup, datado aprox. 150 y el 1 a.n.e. (Aars de Himmerland, Dinamarca)

Como os prometimos, volvemos a la carga y esta vez seguimos con la cultura de la Tène, pero nos centraremos en su arte. Tras el periodo hallstático caracterizado por un arte sobrio con pocos trazos y líneas, con el arte lateniense se constata un cambio de mentalidad con nuevos principios estéticos.

Ya comentamos en la anterior entrada que, bajo la sociedad lateniense pocas eran las tumbas, comparadas con las de Hallstatt, que presentaban ricos ajuares. La sociedad se estaba estratificando cada vez más presentando mayores desigualdades, por lo que solo una o dos tumbas de cada yacimiento son las que se encuentran con ricos ornamentos. Por otro lado, la aparición de otros utensilios se vincula con ofrendas o en contextos de ritualidad.  Todos estos objetos son los que están relacionados con lo que hoy expondremos aquí.

The Loughnashade Trumpet (Museum.ie)

Trompeta de Loughnashade (condado de Armagh, Irlanda)

Gracias a los amplios contactos comerciales a través del Rin y del Ródano y la posterior expansión de estos pueblos por toda Europa llegando hasta zonas de Anatolia, este tipo de arte se vio enormemente influenciado por el arte etrusco, griego y tracio. En él, destaca el excelente manejo de la orfebrería produciendo espectaculares objetos de oro como torques y collares bandas, broches y pulseras. También encontramos producción en plata como el espectacular caldero de Gundestrup (imagen con la que abrimos esta entrada) del que os explicarémos qué nos cuenta en próximas entradas. El bronce tan característico en la cultura de Hallstatt se siguió utilizando en objetos como escudos, diversos carnyx (instrumentos musicales de viento que se utilizaban en las batallas) o trompetas, cuencos y otros ornamentos. Por otro lado, el hierro forjado se utilizaba también para realizar artefactos como asadores u otros elementos para resguardar el fuego del hogar como son los llamados "firedogs".

File:Capel Garmon Firedog.jpg - Wikimedia Commons

Firedog de Capel Garmon, datado entre el 50 a.n.e. y el 50 d.n.e. aprox. (Conwy, Gales)

Como podemos ir observando, dentro del arte lateniense se distinguen claramente dos tendencias: las manifestaciones relacionadas con la naturaleza y la línea geométrica. Las primeras, se encuentran estrechamente vinculadas al tipo de sociedad de estos pueblos y a la base principal de su economía como era la agricultura. Al ser dependientes de esta, las comunidades pertenecientes a La Tènne desarrollaron una religiosidad fundamentada en los ciclos naturales y en una continuidad entre el mundo físico y el mundo del Más Allá. Creencias que jamás abandonarían las sociedades celtas, incluso bajo el periodo romano y el posterior periodo cristiano. De este modo, vemos como numerosas de sus manifestaciones decorativas presentan hojas, flores o animales (muchos de ellos psicopompos como el toro, el jabalí o el caballo, entre otros). 

Por otro lado, las tendencias geométricas presentan líneas curvas que se entrelazan con diseños abstractos como los denominados nudos celtas o las espirales como los triskeles que contienen una fuerte carga simbólica de raíz indoeuropea, donde los celtas plasmaban bajo sus creencias, los tres elementos o "mundos sagrados" que afectan a todo ser humano como son, el cielo, el mar y la tierra y que aparecerán en mucha de la iconografía de las estelas funerarias celtorromanas.

Remate de torques procedente del Castro de Santa Tecla (Pontevedra, Galicia) que presenta decoración de un triskel 

Y si para ambas culturas hablábamos del establecimiento de una periodización, también existe tal para el arte lateniense. Esta clasificación fue dada por el historiador de arte antiguo, Paul Jacobsthal (1880 – 1957) según los diferentes estilos que presenta: el estilo primitivo se sitúa, aproximadamente, en el 450 a.n.e. coincidiendo con el periodo de surgimiento de la propia cultura y está fuertemente influenciado por los motivos etruscos, griegos y orientales. Hacia el 350 a.n.e. le sigue el estilo Waldalgesheim o vegetal que recibe su nombre gracias a la tumba principesca hallada en las proximidades de Bonn. Seguidamente, se establece el estilo de relieve plástico fechado circa del año 290 a.n.e. donde ya comienza a presentarse una perspectiva tridimensional con la representación de animales, frutos o ramas. Finalmente, el arte lateniense termina con el llamado estilo de las espadas hacia el 190 a.n.e. donde las hojas de las espadas presentan decoraciones lineales. 

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Casco de Agris hallado en una cueva cerca Agris, Charente, Francia (350 a.n.e. de estilo Waldalgesheim)

Por último, cabe apuntar que entre la decoración cerámica se encuentran las mismas representaciones utilizando la técnica del estampillado. En pintura y escultura son escasísimos los elementos que han llegado hasta nosotros únicamente algunas cabezas bicéfalas vinculadas, posiblemente, a Lugh (divinidad de la que os hablamos en nuestro primer post), pero no se pueden descartan otras posibles tallas realizadas en materiales orgánicos, como la madera, que no han llegado hasta nuestros días.

Aunque la "cultura de La Tène" desaparece prácticamente tras la conquista de la Galia por Julio César, cierto es que su arte pervivirá hasta mucho después, sobre todo en el territorio irlandés llegando hasta la época cristiana donde todos estos motivos geométricos y vinculados con la naturaleza se plasmarán en diversos manuscritos iluminados como el libro de Kells (siglo IX d.n.e.).

BIBLIOGRAFÍA:

- GREEN, Miranda. (2007). Arte celta. Madrid: Ediciones Akal. 

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