Los Gesatas: Mercenarios celtas entre el mito y la realidad
Aprovechando que esta semana hemos hecho una nueva colaboración en Youtube con el canal Jorem sobre los mercenarios celtas llamados gesatas os hablamos de ello, también, en la entrada de esta semana.
Dentro de los pueblos Celtas, la cultura de la guerra se encontraba muy impregnada en su sistema social. Las batallas constituían para los jóvenes de las diversas tribus una cuestión de honor y prestigio. Pero dentro de los guerreros celtas existía un grupo del que nos han llegado muchas concepciones que se posicionan entre el mito y la realidad: hablamos de los gaesatae, mejor conocidos como los gesatas.
Las referencias a este grupo de
guerreros celtas tenemos que buscarlas exclusivamente dentro del mundo de la
literatura grecolatina. Hasta el momento, no se encuentran testimoniados ni
en la epigrafía ni en ninguna evidencia arqueológica. Esto dificulta aún más la labor de los investigadores ya que en los pocos estudios en los que pueden basarse son los filológicos.
Por suerte, varios fueron los
autores de la Antigüedad los que nos nombran a los gesatas. Uno de los que
mayor información nos proporciona sobre ellos es Polibio que nos los presenta
inmersos en la batalla de Telamón que transcurrió durante el 225 y el 222
a.n.e. por la aspiración de control romana sobre los territorios del norte de
Italia y la zona de los Alpes. En su obra Historias (II, 22) nos indica de
dónde procedían los gesatas. Debemos situar a estos mercenarios en los Alpes
junto al río Ródano, a colación de esto algunos autores como los mencionan como
un pueblo o un clan, pero lo cierto es que si comparamos lo que nos dice el
resto de autores grecolatinos, pronto nos damos cuenta de que más bien sería
gente que vivía dispersa por la zona y que durante las épocas de guerra
prestarían sus servicios a las comunidades de los insubres y los boyos.
“Los insubres y los
boyos se alinearon vestidos con sus pantalones anchos y con un manto ligero,
pero los gesatos desnudos, vanidosos y llenos de confianza, se situaron al
frente de las tropas con sólo las armas, porque ciertos lugares tenían matorrales
que podían enganchárseles a los vestidos y obstaculizarles el uso de las
armas.”
Sin embargo y aunque haya pasado a ser una imagen mítica, este es el único pasaje en toda la literatura clásica en que se cita que los gesatas iban desnudos. A causa de esto diversas han sido las interpretaciones que se le ha dado a este modo de presentar batalla. Muchos han dado por hecho que los gesatas siempre acudirían a la batalla desnudos vinculando este aspecto como un símbolo de protección y asistencia divina. Al ir desnudos se garantizaban un mayor contacto con el mundo religioso. Otros historiadores señalan también el factor médico de la desnudez del guerrero ya que podían evitar las infecciones que pudieran provocar los restos del tejido incrustados en una herida. E incluso el propio Polibio, busca encontrar la causa de ello atribuyéndolo a que los posibles ropajes se les pueden quedar enganchados entre los arbustos, es decir le da una causalidad de practicidad para así obtener ventaja en la batalla.
Pero lo cierto es, y siguiendo
las últimas investigaciones sobre este grupo de mercenarios como la de Gérard
Lucas en “Gésates et Gaesum dans les sources littéraires Greco-Latines”,
que al poseer una única referencia debamos prestar atención a los tópicos
clásicos del momento. El mostrar la desnudez entre los guerreros galos se había
convertido en un tema recurrente dentro de la escultura helenística, como
ejemplo de ello tenemos la escultura del Gálata moribundo que se encuentra
actualmente en el museo capitolino y esto se transmitió del mismo en la
literatura convirtiéndose en un topos con la finalidad de aumentar su
carácter bárbaro y que fue abundante en la obras de Estrabón y de Diodoro
Sículo. Así que no podemos desentrañar ciertamente cuánto hay de realidad o de
mito en lo que aquí nos transmite Polibio.
Poco más nos cuentan otros
escritores como Estrabón, Plutarco u Orosio, siempre es el mismo pasaje en
plena batalla de Telamón y sin informarnos tanto como Polibio. Sabemos que
estuvieron presentes en el saqueo de Roma en el 390 a.n.e. comandados por
Breno, en la Batalla de Telamón como ya hemos comentado y también en la Batalla
de Cannas formando parte de las tropas de Aníbal como mercenarios durante la
segunda guerra púnica en el 216 a.n.e. Sin embargo, cuando los romanos se hacen
con el territorio de los Alpes transalpinos desaparece toda pista de ellos,
seguramente los pocos que quedaran fueron incluidos en el ejército romano.
Por otro lado, y refiriéndonos a
los guerreros galos en general de la zona, sabemos que existían ciertas normas
entre sus integrantes como, por ejemplo, la obligación de socorrer a su
compañero de armas, el culto a la divinidad de la guerra celta, Camulos
y el uso de tatuajes con símbolos de protección o el abundante adorno con
brazaletes y torques de oro. Además, Polibio también nos cuenta la escasa
protección de que disponía su armamento, puesto que sus escudos no valían como
instrumento de defensa al ser pequeños y sus espadas solo dañaban de filo, es
decir no servían para pinchar al enemigo sino únicamente para infringir
cortes.
Por último, os recomendamos seguir el canal de Jorem en Youtube donde también tenemos una intervención previa sobre la sociedad celta en general y tiene otros vídeos de temática muy interesantes. En la carpeta de colaboraciones lo podéis encontrar.
BIBLIOGRAFÍA:
- LUCAS, GÉRARD. (2009). "Gésates et gaesum dans les sources littéraires gréco-latines", dans". En: De l'âge du bronze à l'âge du fer en France et en Europe occidentale (Xe-VIIe siècle av. J.-C.). La moyenne vallée du Rhône aux âges du fer (Actes du XXXe Colloque International de l’AFEAF co-organisé avec l'APRAB, Saint-Romain en Gal, du 26-28 mai 2006), Dijon, p. 11-25.
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